La Torre de Roma está situada en las afueras de la localidad de Romilla –o pequeña Roma- un anejo de Chauchina. Tres plantas de forma cuadrangular la revisten de una solidez reforzada por la ausencia de aberturas. Solo tiene dos ventanucos que se encuentran a la mitad de sus muros, además de un aljibe subterráneo. Éste aseguraba la autonomía de la guarnición que lo defendía en las postrimerías del reinado nazarí.
Por su gran altura es visible en todo el entorno de la vega. Durante muchos siglos marcó el extremo sur de la gran finca de caza conocida como Real Soto de Roma.
El Soto de Roma y sus alrededores
El Real Soto de Roma fue en sus inicios una finca de labor romana; también lugar de caza y esparcimiento de la nobleza. Pasó a formar parte del patrimonio de la corona como Real Sitio con densos bosques y plantíos. Era visitada eventualmente por los nobles hasta que Carlos IV la cedió a su valido Manuel Godoy. Bajo el reinado de Fernando VII, se incautaron todos los bienes del noble y el Soto de Roma, en concreto, volvió a la corona. Las Cortes de Cádiz, en ausencia del rey, lo donaron al duque de Wellington y de Ciudad Rodrigo en muestra de gratitud por su servicio a España al vencer a Napoleón. Hasta 1940, el Soto de Roma y los pueblos que lo integran (Fuente Vaqueros, Valderrubio, Romilla) pertenecieron al duque, quien arrendaba las tierras a colonos que con el tiempo pudieron adquirir sus tierras.
La finca cuenta con un palacete, desde el que se divisaba y gobernaba la finca. Está situado poco más de un kilómetro de Fuentevaqueros, al final del Paseo de la Reina. Está rodeado por un exótico jardín y en su interior encerraba suntuosos salones. También guardaba la parroquia de Fuentevaqueros, un pequeño templo de una sala nave adyacente a las casas del palacio que tuvo rango parroquial a partir de 1780 y privilegios de capilla real hasta 1837.
Las fotografías son de Cultura Andalucía, Junta de Andalucía