Cuando la Alhambra fue francesa
28 de enero de 1810, las tropas de Napoleón Bonaparte llegan a Granada. Habían empezado la conquista de la península en 1808. El rey Fernando VII había accedido a colaborar con el emperador francés, que le había solicitado acceso para entrar en sus dominios so pretexto de conquistar, juntos, Portugal. Las tropas del IV Cuerpo de la Armada francesa estaba comandadas por el mariscal Horacio Sebastiani, encargado de hacerse con Jaén y Málaga también, llegaron a la Alhambra ese 28 de Enero.
Era Granada, por aquel entonces, una ciudad aún barroca. La profunda presencia de las instituciones religiosas le daban un aspecto sacralizado, amodorrada en el Antiguo Régimen. Como en gran parte del país, también Granada se vivía una profunda crisis social ya antes del comienzo de la guerra.
La ocupación
Permanecerían aquí hasta dos años después, el 17 de septiembre de 1812. Durante ese tiempo la ocupación convirtió la Alhambra en un cuartel militar. Esto supuso el origen de un periodo lamentable en cuanto a conservación.
La Alcazaba tenía función de prisión, la sede de los soldados polacos se hallaba en el convento de San Francisco. Santa María de la Alhambra junto con el palacio de Carlos V, eran meros almacenes. Los soldados franceses arramblaron con todo lo que encontraron que podía servir como combustible: armaduras, artesonados, imágenes, puertas o vigas. ¡Hasta el suelo del Patio de los Leones fue sustituido por un jardín de rosas, jazmines y arrayán! Esto, a corto plazo contribuyó a su degradación. Pero la Alhambra no fue el único espacio ocupado. Otros lugares como Torres Bermejas, los Alixares o la Silla del Moro fueron ocupados por cañones y fusilería.
Los daños del recinto de la Alhambra fueron muchos. Pero no sólo por el desgaste de la ocupación sino por el pillaje perpetrado al patrimonio artístico. Gran parte éste se encuentra actualmente diseminado por los museos franceses. Hay que destacar que la tragedia pudo haber sido mayor, como lo fue para Córdoba, Málaga o Jaén que fueron terriblemente saqueadas.
Au revoir, Granada!
Aunque las tropas de Napoleón dejaron la Alhambra, no lo hicieron sin antes intentar explotar el recinto. Fue gracias al brigadier del Regimiento de los Inválidos, José García. Este, arriesgando su propia vida, logró detener la explosión en cadena. Cabe destacar que lo hizo neutralizando las mechas que quedaban activas con su propio cuerpo, deteniendo así lo que pudo ser un desastre. Así lo conmemora una placa en el Patio de los Aljibes que dice «A la memoria del cabo de «Inválidos» José García que con riesgo de perder la vida salvó la Reina de los Alcázares y torres de la Alambra en 1812»